La culpa fue mía, ¡confieso! ¡Y que me ahorquen si lo que declaro no es totalmente cierto! Aunque realmente me ahorcarán de igual modo... ¡Jajajá!
¡Que todo el mundo quede libre de pecado en esta tierra! ¡Que no encuentre un servidor remordimiento ni mal sentimiento en los corazones! Y que toda esta gran algarabía no encuentre mayores motivos para existir.
Porque llevo razón en no arrastrarse en las penurias de esta vida; es demasiado corta.
El camino sigue y el mundo, impasible, aún gira
domingo, 7 de febrero de 2010
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¡Confieso que la culpa es mía también!
ResponderEliminarPero aún así nadie es libre de culpa en este mundo y no creo que nuestro gran crimen sea peor que cualquier otro.