Vuelvo a tener dudas entre realidad y ficción.
En mis sueños puedo arrebatar vidas, perdonarlas. Amar y odiar como en la vida real. Mejor aún, puedo encarnar la piel de un rey en la sombra, un villano que busca su expiación. Puedo ser cualquier cosa. Puedo atravesar cualquier frontera. Respirar el poder de lo increíble. Ser increíble. En ocasiones no quiero despertar. O quizás mantenerme en la duermevela que todavía mantiene la intensa emoción de lo soñado.
Abrir ese portal que me extrae de lo real y entrar en una dimensión de mil puertas, cada una abriendo a una nueva fantasía.
Allí al fin podré volar... de nuevo
lunes, 27 de diciembre de 2010
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Los sueños, siempre que sean hermosos, son las puertas hacia un lugar lejos de la realidad que en ocasiones nos invade.
ResponderEliminarEsta noche soñé que encontraba trabajo. Recuerdo que incluso me emocioné. que raro con lo poco que me gusta trabajar...
ResponderEliminarsaludos!
quién sabe cuál es la realidad y cuál la ficción... quzás esto que llamamos realidad sea sólo un reflejo de lo que soñamos
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