jueves, 14 de enero de 2016

SR #01

Todo su cuerpo seguía vibrando por los continuos golpes que no recordaba haber dejar escapar sobre la pared. Ese regreso a la tranquilad a demasiada velocidad sólo permitió tener el tiempo suficiente para apoyar las manos en la misma y evitar caer de alguna forma.

En su garganta todavía estaba ahogandose un grito, o quizás un gemido de dolor por todo lo que había hecho, mientras giraba la cabeza y contemplar lo que había dejado atrás. Sun hacía por incorporarse, observando, y Noah a su misma espalda, aguardando a los resultados de su conjuro.

Como pilares ante un terremoto, sintió que tanto en ella se derrumbaban que empezó a sentir vértigo. Su ira había logrado, además de demostrarle que sí era el monstruo que habitaba en su interior, dañar a otros. Retiró la mirada, volviendo a su posición original, intentando contener el llanto desesperado por no poder refugiarse más en esa furia. Sentía que la necesitaba tanto como la despreciaba, a esa voz que la llamaba a destruir.

La certeza de que no sobreviviría demasiado tiempo, no junto a ellos, se hacía más fuerte. Y el temor a hacerles daño, a pesar del afecto que empezaba a nacer, era como una noche eterna, en la que no podía despertar.