miércoles, 27 de abril de 2011

Refugio

Pronto, la ciudad sufrió un estremecimiento. Los niños se despertaron inquietos de terribles pesadillas, pero sin llanto. Observaban el vacío en silencio. Algo terrible había despertado.

Como surgido de lo profundo de la ciudad, los rincones y callejones, pozos y lugares de odio. Aquellos entes, espíritus vacíos de todo, comenzaron a surgir, como un tropel exaltado que no podía detenerse.
No gozaban de voluntad, tan solo en sus mentes, si alguna vez tuvieron, estaba ocupada por la idea de capturarla.

La pequeña Ana, que yacía en una duermevela insana en los brazos de Adrien. El escudo que había efectuado no duraría mucho, y sabrían pronto, como un foco dirigido hacia el cielo, donde se encontraban.
Sus fuerzas mermaban a cada paso. La carrera era atroz. Atrás, muy atrás, quedaba lo que anteriormente había sido su refugio

"Tendrán que huir si no quieren verse atrapados. Ni siquiera Fanderberg es capaz de resistirse a ellos, y revelarían nuestro paradero"

Adrien, en un último esfuerzo, se alzó hacia los tejados para encontrar refugio seguro hasta el amanecer. El sol devolvería a las sombras a donde pertenecían, todavía no eran capaz de sobrevivir bajo su luz. Dejó a Ana en lugar seguro, y su pequeño cuerpo se acomodó a donde estaban. Todavía hacia frío, y se encogía en sueños

Tomó un mechón de su pelo y lo acarició mientras la abrazaba

- Pronto pasará, tranquila... - le susurró con mucha fe

martes, 19 de abril de 2011

Casas

Encerrados en aquella gran mansión, bajo el influjo de una magia que nos supera a todos. Se desarrolla ante nosotros una guerra, un duelo. No con armas, sino con palabras, donde se decidirá nuestro destino, y tal vez, nuestra libertad. Encadenados a sus pies, nos acaricia como a mascotas. Eso somos.

Sin voz ni voto, sin derecho a levantar la vista. Eso podría suponer nuestra muerte. Por eso están aquí. Llegaron cautivados por el poder, como reyes jactándose de su propio poderío. Yo estuve presente, perdí la cuenta de hace cuantos años, cuando todo comenzó. Las casas de los recién llegados, liderados por Albion, y de lady Ann, mi ama, cayeron en desgracia

Albion fue traicionado a su vez. Y hoy viene a nuestra casa con una máscara de impasibilidad y buen humor. No sabe que conocemos la verdad. Por su culpa, pasamos miedo y pérdidas. Lady Ann todavía piensa cobrarse venganza

Debería odiarle, por su causa perdí familia y amigos. Pero ahora, va a luchar por mi libertad. Dividida entre el miedo y la rabia

miércoles, 13 de abril de 2011

Darkus

Aún escucho los grandes impactos de aquella arma, sostenida por mano amiga. Los enormes haces de luz me cegaban, no me permitieron ver lo que sucedía ante mí. Aquella sombra, aquel monstruo hecho todo oscuridad, se deslizaba ante nosotros como el propio viento, cortandolo con aquellos afilados puñales
Aquel que iba dirigido a mi vientre no encontró su destino. Mi amigo, mi hermano, mi compañero de armas, se interpuso en su trayectoria. Maldito egoísta, ¡te dije que huyeras! Supongo que es cosa del ejemplo. No quise retirarme a tiempo, y por mi causa ahora yaces sin vida

Ahora solo me queda correr, y dejar tu cuerpo atrás. Tu ojos muertos me perseguirán en sueños, presa del remordimiento por no haberte protegido. Mil veces maldita aquella criatura, que se alimenta de todo lo malo que hay en el corazón.
Algún día, con tu mismo puñal, atravesaré tu garganta y acabaré con esa risa cavernosa.