domingo, 29 de agosto de 2010

Fugaces

Y a cada oportunidad servida volverían a aquel vergel, casi regalo de unos dioses en los que no creían. Compartiendo sueños, deseos que posiblemente nunca llegarían a cumplir. Pero suyos, igualmente. Jamás se lo podrán arrebatar, su sueño de vivir.
Un narrador anónimo guarda en su memoria todo aquello que conforma su ser, para que jamás se pierda. Una caricia fugaz, una nota perdida en el viento. Siempre quedarán aquellos besos iluminados por el baile de luciérnagas.

Introducción

¿Quieren ver las maravillas de nuestro mundo? ¿Quieren conocer que secretos se esconden de nuestros ojos? Pues cuidado con lo que desean. No encontrarán aquí tesoros deslumbrantes, ni tampoco personajes afamados y cubiertos de gloria eterna. Lo que aquí se guarda son los desechos de nuestra sociedad. La cara oculta de nuestra ciudad. Las cosas más terribles que pueda imaginar. Nuestros terrores nocturnos ocultos bajo la dura piedra. Y allí, la mayor y más terrible criatura que jamás ha pisado Zamonia. Todos lo conocen, pero ¡nadie sabe quién es!

¿Siguen dispuestos? Adelante entonces, disfruten de la aventura a su propio riesgo. Bienvenidos a las Catacumbas de Bibliópolis.

martes, 24 de agosto de 2010

Viajes

Empiezo a sentir asfixia... ¡Fuera de mi camino, maldita sea! Hace apenas unas horas que me sorprendí en otro lugar que no era mi cuarto, en el cual caí dormida. Las hojas de aquel pesado manuscrito estaban pegadas a mi mejilla, y la tinta había manchado mi piel. Ahora estoy en una biblioteca de dimensiones desconocidas. Una anciana de aspecto aterrador se ha detenido mirandome durante un buen rato. Después me señala con el dedo y empieza una verborrea de palabras incomprensibles, que corearon unas pequeñas criaturillas que corrían hacia mí. ¿Goblins? ¿Qué demonios hacen goblins en una biblioteca? Una estampida de libros se derrumban sobre ellos, dejando caer a un apuesto caballero que juró defenderme hasta la muerte.
Miro por encima de él, y los goblins no cesaban de aparecer. Una patada en la espalda del caballero es suficiente para que cayera y entretuviese a los goblins. ¿Qué le pasa a todo el mundo? Miro hacia atrás, comprobando que nadie me persigue. Nadie a mis espaldas, pero una pared muy cerca de mi cara. Demasiado cerca. El dolor y la asfixia desaparecen.

Estoy en el suelo de mi habitación... en alguna de mis cabezadas debo de haberme caído de la silla... Pero algo no ha cambiado en la transición de mi sueño a la realidad: demasiados libros
Queda contra la pared, en silencio. Los ojos entrecerrados, intentando pensar, aclarar pensamientos y sentimientos a la vez. A oscuras, tal vez oiga mejor mis propias ideas y entienda mejor los movimientos de mi corazón. Esta aventura ha cambiado mucho desde los inicios, digamos que está en suspenso. Ahora solo queda mirar a las estrellas en busca de una respuesta.

Intento conocer un alma ajena a la mía. Sus pensamientos son inaccesibles para mí, dejandome con el velo de la incerteza. Esta vorágine agota por momentos.

domingo, 22 de agosto de 2010

De nada han servido las caricias entregadas. De nada vale el universo creado como obsequio. Todo ha quedado destruido por la sombra de un recuerdo difuso. Innombrable lo que puede suceder en el mañana. Ya no sé si luchar en una causa que parece hace meses perdida. Las manos atadas. Los ojos vendados. Olvida. Nada importamos tú y yo.

martes, 17 de agosto de 2010

Conflicto

La sangre es el bien más preciado de toda criatura. Cada día graba nuevos hechos en su memoria, memorias que no deben ser perdidas en ningún momento. Ni aunque sea enemigo. No quiero volver a ser verdugo de nadie. Mis manos se han manchado demasiada sangre, aunque solo me cobrara una vida. ¿Por qué tengo que decidir acerca de la vida y la muerte de miles de inocentes que nada quieren salvo su propia vida? ¿Por qué mis acciones tienen que repercutir en la vida de los demás, pudiendo incluso perderla?

Dicen que de nada sirven las palabras... ¿Es por eso que valgo menos? ¿Soy cobarde por no querer apostar las vidas de los demás a un maldito juego de azar?

Dejadme cavilar, dejad que me entregue si es necesario. Es un intento de derribar los pilares de mi vida, pero no a cualquier precio
No hay peor despertar. El sudor se vuelve frío. Tiemblan las manos, tiembla el corazón. Y las sombras a tu alrededor parecen más oscuras.

domingo, 15 de agosto de 2010

Ardo en rabia esta noche. Por la impotencia que me provoca toda la muerte a mi alrededor, por la impotencia que me provoca no poder exhalar mi último suspiro formado en llanto. Por no poder lanzar mi grito de amor. Por no poder arrancar su último aliento a base de golpes.

Esta noche es sangre y acero. No hay batallas en tierras lejanas. No hay muertes heroicas que narrar. Tan solo la paciencia muere entre tanta estupidez. La propia y la ajena. Intentando saber por que el llanto surge a cada instante. Esta noche es sangre y acero. La sangre a cada letra. El acero cae a cada movimiento. Esto es todo

viernes, 13 de agosto de 2010

El tiempo no vale nada

Una suave brisa viene a saludarnos y a acabar con sus últimas fuerzas. Por fin, cae dormida sobre mi hombro. Las estrellas siguen devolviéndome la mirada desde lo alto. La conversación se fue apagando poco a poco. Aquellas altas horas de la madrugada, subidas al capó de nuestro coche en mitad de la colina. Parece mentira que solo hacen unas pocas horas que nos conocemos. Sería el alcohol, serían las luces del local, o quizás sus ojos verdes de ciencia ficción. El caso es que nuestras miradas se encontraran de entre los montones de abrigos en esta tarde de invierno. Una sonrisa a tiempo para que no me dejaras escapar entre el gentío. En aquel instante me juré tuyo para toda aquella noche. Y tú pudiste verlo entre aquella oscuridad. De ahí tu sonrisa, estoy seguro.

No tengo ganas de saber que pasará al amanecer. No quiero imaginar que te marchas. No quiero ver en tu mirada una despedida, ignorando por completo cuando volveré a verte. Siempre odié ese tipo de ignorancia.

Parece mentira que solo hacen pocas horas que nos conocemos. Parece que te conozco de toda la vida. Cosas de críos, dirán. Tal vez, pero, ¿por qué no?

jueves, 12 de agosto de 2010

Un cielo extraño, pero a la vez familiar. Contemplo el vacío, quieta. Un movimiento a mi lado. Una mano que rodea mi cintura mientras sueña. Respiración agitada hasta que termina de asentarse contra mi espalda. Esa mano, piel de terciopelo, que toma la mía y la estrecha con cariño. No podía pedir nada mejor. Cierto es que todo tiene lado bueno.

El calor, las caricias, un ligero suspiro entre sueños. Una mirada fugaz en el silencio de la noche. Un beso no correspondido mientras duermes. Y un "buenos días" en susurro mientras te acurrucas sobre mí con fuerza.
No te alejes.

lunes, 2 de agosto de 2010

Extraños

La tinta se borra de este gastado pergamino, al igual que mi recuerdo en tu memoria. La lluvia, al igual que las lágrimas se lo lleva todo. Pero nada tiene un poder tan destructivo como el tiempo. Por él, me devuelves la mirada como si de un extraño se tratase. La violencia nos tocó muy de cerca, y todos estabamos deseosos de olvidar. Pero, ¿tanto?
Tu cuerpo semiincosciente arrastrado de la casa en llamas, aquella que había sido hogar para muchos. Los gritos en la distancia. Tu nombre entre la multitud, ninguna respuesta.
Busqué hasta la saciedad. Tu rostro en la memoria, tu nombre en los escritos, alguna constancia de tu paradero.

Ahora, frente a ti. No te sorprenden mis leves caricias sobre tu rostro, aunque sigues mirándome sin comprender. Compartimos camino por azar hacia un lugar seguro. Pero allá me siguen los tormentos que me producen el encontrar tu mirada vacía de nuestra vida. Vida que, como ajenos, hemos de empezar de nuevo.

domingo, 1 de agosto de 2010

Latidos

Abro los ojos en la oscuridad, a un mundo que no parece el mío, y que efectivamente no es. A mi alrededor, yacen mil compañeros caídos en estúpida batalla. La sangre baña mi espalda, ha sido la suave corriente que ha llevado mis terribles sueños. Ya no porto espada, ni empuño arma alguna. La lancé al vacío de un cielo que cruelmente imparte injusticia. Los gritos de los mil yacientes resuenan en mi mente y en mi corazón. Ahora puedo saberlo. La bruma de la incertidumbre y la ignorancia desaparece poco a poco. Nadie más se alza en este desastre. Solo quedo yo.

Mis latidos están contados. Mil latidos por cada soldado abatido, por cada hijo perdido de la humanidad. Una voz en mi interior, una voz desde los cielos, una voz a través de mi mente que amenaza con locura es la que dicta sentencia. Un latido por cada alma perdida en los infiernos de la muerte. Se perdieron los eones, no se conoce el año en el que vivimos. Condenado a la eternidad. Demasiadas vidas perdidas.