sábado, 26 de febrero de 2011

Primera noche

Aquella noche apenas pudieron dormir. Estaba libres por fin de los muros de sus respectivos Firmamentos, aventurándose a cumplir la voluntad del Señor, algo que estaba por encima de ellos. Tampoco intercambiaron apenas palabra.

La hoguera en el improvisado campamento ardía con entusiasmo, y dos de los pequeños Engels observaban las llamas, atentos a cualquier sonido que pudiera perturbar la noche. Edoniel y Aaroniel eran los que guardaban el sueño de sus compañeros. El Rafaelita callaba, abrazandose a si mismo, mientras que Edoniel abría su gran libro, para dar comienzo a la pequeña crónica que debían llevar en su misión.

- ¿Escribes nuestra historia? - preguntó Aaroniel con timidez. Aquellas leyendas acerca de las escrituras vagaban por doquier, pero el misterio del método todavía seguía latente

El interpelado sonrió, y asintió como silenciosa respuesta

- Quizás algún día se conozca en todas partes - habló nuevamente. Comenzó a fantasear acerca de las hazañas y buenas acciones que podrían realizar en el camino.

El futuro era una historia, una incógnita, aún por resolver

sábado, 19 de febrero de 2011

Otros

El miedo congela los huesos y también la voz. La nieve está manchada de sangre a nuestros pies. Y el cadáver yace sobre ella. El vaho que exhalan nuestras bocas es acelerado, es ahora cuando empezamos a recuperar el aliento. Las espadas también caen de nuestras manos, dudamos de que volvamos volver a empuñarlas por el horror que producen los recuerdos.
Ese ser al que creíamos humano se levantó después de que su corazón se detuviese. Su garganta, abierta, dejó escapar toda su sangre.
Cuando gritó con aquella vida artificial no podíamos creerlo. Sus ojos parecían hechos de hielo.
Recuerdo poco, tan solo cuando cayó por fin para no levantarse. Mi compañero no puede mirarme: se ha derrumbado en un mar de lágrimas, aterrorizado. Día a día, los caminos se vuelven más peligrosos

jueves, 10 de febrero de 2011

¿Alguna idea? [X]

Ya añoraba aquel éxtasis antes de enviar al otro mundo al pobre Harvey. Unodós, unodós. No se detiene. Necesita a aquellos trombones del infierno, que le den un ritmo y una vía segura para escapar. La redada había tenido éxito, y aquella escoria de la sociedad, a la que el mismo Dave pertenecía, gritaba enfurecida ante la privación de libertad.

"Tal vez así se acabe toda esta maldita pesadilla" pensó mientras se apartaba el copioso sudor de la frente.

Necesitaba esconderse, su fama de cliente asiduo en el local que la policía acababa de asaltar no era buena. La idea de dejarse ver para aparentar inocencia tampoco era buen plan. Tomó el coche y arrancó con rabia.

Todo empezaba a salir mal. Primero Connor con sus malditos ataques de nervios. Habría alertado a todo el mundo, estaba seguro. Insufrible.

Se detuvo frente a una cabina, en una calle totalmente desértica. Los vagabundos tirados en las calles por no tener otro lugar no contaban

- ¿Dana? - preguntó al escuchar descolgar el teléfono - Necesito tu ayuda, ¿se te ocurre algo?

- ¿Dave? ¿Eres tú? - preguntó la otra voz, con tono molesto - ¿Qué has hecho esta vez? Vamos, ven a casa, y te advierto que hoy no me sobra paciencia

Ambos colgaron los auriculares a la vez, ya no había más que decir. Y cuanto menos tiempo estuviera al descubierto, mejor

Un vistazo hacia atrás

Son días extraños cuando observas la luz del sol derramada sobre las calles de la ciudad. Me recuerdan a aquellas sesiones de falsa búsqueda espiritual que no llegaron a ninguna parte. Mi mirada sigue perdida en el vacío, mientras pienso que esta sería la edad en la que debería empezar a despegarme de lo que es la familia, y no antes.

Comencé a volar alto, soñando horizontes que traspasar. Mis diarios se pierden en número, tales son las aventuras que he vivido. De tinta he manchado cuadernos y cuadernos, intentando explicar todo lo que en el corazón se siente.

¿Volaba para huir o para soñar? Que hablen mis testigos, ellos podrán decir cuanto hablaba mi mirada. Era agradable sentir el peso de mil historias sobre mis hombros. Un libro era de los mejores amigos, la vía para la abstracción

Confía en tu corazón sobre todas las cosas, y apóyate en tu propio entendimiento.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Esperar

Tu mirada viaja por el infinito, donde ni siquiera puedo seguirte. Ya apenas sientes mis caricias, tu mirada sigue buscando aquello que todavía dices no saber. Yo tiemblo mientras te abrazo desde tu espalda. Sigo esperando una respuesta, una orden, una petición. Algo que me indique que hacer.
No veo el camino a seguir, tal vez sea que ya se ha acabado