viernes, 30 de marzo de 2012

Una luz

El tal Maksim no llego a aparecer, al menos no en esa noche. Estuve corriendo durante mucho tiempo, deseando que acabara aquello que comenzo en mi casa. Agradecia mas que otra cosa que Tegan no estuviera en casa. El aire en mis pulmones me quemaba

Ella, la muchacha que habia llegado para dejar atras aquel horror aparecio como si se tratase de una aparicion. No sabia que habia pasado con ella, ni siquiera sabia que iba a pasar con nosotras. Me deje caer en el suelo, rogando porque nadie nos encontrara, sabiendo de lo dificil que seria. Nadie habitaba la calle en ese momento, y eso era todavia mas aterrador.

Nadie escucharia los gritos en el momento, nadie podria ver como desapareciamos en un destino que desconociamos por completo. Eriel casi caia dormida en mis brazos, temblaba cada vez menos, y mientras la miraba y le acariciaba el pelo, podia ver como sus parpados caian pesados. Ojala tuviera un sueño tranquilo.

Volvia a estar en la casa. Mi cuerpo pesaba, apenas podia moverme. Y un miedo indefinido me llanaba al saber lo que ocurriria. La situacion escapaba de mis manos, como todo en los ultimos dias. Tegan estaba alli, y no podia advertir lo que estaba por llegar.
De nuevo escuchaba como el cristal y la calma aparente se rompian a una vez.

Desperte. Y ella no estaba. No recordaba haber quedado dormida, tan solo quedaba en mi pecho la sensacion de inseguridad, de que todo temblaba. Y aquel despertar era peor de lo esperado. Ni siquiera el refugio de un callejon apartado era suficiente. Ni mi hogar, ¿donde podia ir? Eran preguntas para responder con urgencia, pero otra persona reclamaba mi atencion.

Un hombre, con una actitud agresiva que tal vez no respondiera con la primera impresion. Con una sola mano, agarrandome del cuello de mi chaqueta, me alzo sobre el suelo. Comence a respirar con fuerza, todavia sin entender. Todo sucedia demasiado rapido.

- ¿Donde esta? - pregunto, iracundo. Me sostenia con fuerza, pero sin gran esfuerzo. Debia de ser como un minimo obstaculo, pero una gran molestia. Lo unico que pude hacer fue negar con la cabeza, mientras notaba que las lagrimas se escapaban de mis ojos, sin remedio.

Apenas pude ver como el apartaba la mirada de mi, con enfado, y dirigia su mirada hacia algo que habia en la entrada al callejon. Otro hombre, que observaba la escena sin moverse apenas. El que me tenia alzada me solto, lentamente, sobre el suelo. Cerre los ojos para no ver lo que sucedia despues, pero senti como me recogian y abrazaban. Me aferre a ese extraño, que sin palabras habia hecho desaparecer al que preguntaba por Eriel. Desprendia una sensacion de tranquilidad, la juventud que mostraba no le correspondia en absoluto. Y una sonrisa sosegada en sus labios.

S.

2 comentarios:

  1. "S" nos lleva a un mundo inseguro, donde cualquier cosa puede suceder. Quizás lo más trágico ya sucedió en la hoja anterior. O quizás esa "sensación de tranquilidad" sea la calma previa a la tormenta. Por el momento, nos quedamos con su sonrisa.

    Besos y Abrazos Querido Beelzenef!

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  2. Un placer volver de nuevo a tu página y leer arropado entre músicas maravillosas, tus historias.

    Un saludo.

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