miércoles, 30 de diciembre de 2009

Hojas al sol

Quiero creer que todo fue un sueño. Todos lo queremos así, a juzgar por sus miradas perdidas. Ahora el combate ha acabado, aunque la sangre sigue buscando su camino en la tierra, como si fuera un río.

Las hojas de sus espadas brillaban al sol. Y las cabezas rodaban con tan solo un corte. Jamás había escuchado tantos gritos de muerte y de guerra. Todo el odio concentrado en sus gargantas, alentados por una causa que no es la suya. Sus cerebros poblados por ideas que son huecas, que jamás llenaron sus corazones.

Ahora los niños lloran encogidos sobre sí mismos, intentando apartar una pregunta de sus mentes:

¿Por qué?

¿¡Cómo puede tener sentido tanta muerte!?

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