domingo, 25 de septiembre de 2011

Luz

Abrí los ojos, con el cuerpo agarrotado y cansada, muy cansada. Como si hubiera recorrido una inmensa distancia. A mis ojos llegaba una luz dispersa. Como rayos de sol que lograsen tocarme a través de las hojas de los árboles. Descubrir que así era me sacó una sonrisa, aunque no sabía por qué. A pesar de mi cansancio, me sentía tranquila y en paz. Descubrí que el frío en mi rostro eran pequeñas gotas de rocío.

Estaba en un diván algo desgastado, que ocupaba un pequeño espacio en una biblioteca que daba a una amplia terraza. Lo que por allí podía ver era un auténtico paraíso. No tenía ni idea de donde estaba, tampoco me paré a pensarlo por aquel momento.
Una mano en mi hombro me sacó de mi maravillosa vista. Aquel extraño que había entrado en mi casa, otra vez a mi lado. Sonreía con franqueza, aunque también algo cohibido.

- ¿Disfrutas de la estancia? - me preguntó interesado

Asentí y sonreí, esperando a que continuara. Algo tan idílico no podía ser real, debía de ser un sueño que acabaría con o sin explicaciones. Solo tenía que esperar. Mientras pensaba en eso, aquel cielo abierto con nubes de color vainilla comenzó a oscurecerse. Se acercaba una tormenta, y a lo lejos, ya empezaba a abrirse el cielo por medio de aquellos relámpagos.

- Se acerca una tormenta, y no hay forma de evitar sus estragos. - dijo con temor en su voz.

Miraba esa tormenta que se avecinaba con más tristeza que miedo en sus ojos. Sus manos, cruzadas delante de sí, como si se lamentara por la ausencia de un ser querido.

- Aunque no puedas verlo todavía, puedes sentirlo dentro de ti. - tomó una de mis manos y la colocó sobre mi pecho. Sentía un latir, no de mi corazón, sino de otra cosa

Era como una luz dentro de mí, que latía y crecía por momentos. Su destello era agradable, aunque temblaba por momentos. Cuando me dí cuenta, casi sollozaba. Unas lágrimas pugnaban por aparecer de mis ojos.

Un rayo partió el cielo en dos
Y me devolvió a mi realidad

S.

1 comentario:

  1. Un escrito muy bien relatado, como acostumbras. Impregnado de nostalgia y belleza. Cuanto daría por encontrarme en un lugar bello...

    UN abrazo

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