viernes, 18 de diciembre de 2009

Ella

Tumbada sobre la cama, los ojos cerrados y la respiración tranquila. Fuera llueve, y mis ojos ya han aprendido a ignorar la luz blanquecina frente a mí, a lo lejos. Un silencio absoluto, ni siquiera oigo sus pisadas. Tan solo siento sus manos acariciar mi espalda, haciéndome estremecer, antes de echarse sobre mí. Conoce su lugar exacto en mi espalda, también en mi pecho. En mis labios. El lugar de sus manos en mi rostro antes de robarme un beso.
Después tan solo sonríe traviesa y se marcha.

Mira por la ventana hacia el cielo gris, y después busca refugio contra mi cuerpo. Cerramos los ojos, mientras sus dedos acarician distraídos mi mano.

Me gusta ver como se encoge poco a poco mientras la abrazo desde su espalda. La sonrisa que adivino al besarla. Su mano buscando la mía. Riéndo sin control, abrazando a cualquiera que le dé un poquito de su corazón.

Una mirada atenta a cualquier gesto. Es... especial. Es ella, y nada más.

1 comentario:

  1. Somos tu y yo, sin nadie ni nada que pueda romper aquel momento. Quiero abrazarte, poder cerrar los ojos y sentir tu calor, tu respiración sobre mi. Despertar entre besos y caricias...

    Te amo

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