jueves, 12 de agosto de 2010

Un cielo extraño, pero a la vez familiar. Contemplo el vacío, quieta. Un movimiento a mi lado. Una mano que rodea mi cintura mientras sueña. Respiración agitada hasta que termina de asentarse contra mi espalda. Esa mano, piel de terciopelo, que toma la mía y la estrecha con cariño. No podía pedir nada mejor. Cierto es que todo tiene lado bueno.

El calor, las caricias, un ligero suspiro entre sueños. Una mirada fugaz en el silencio de la noche. Un beso no correspondido mientras duermes. Y un "buenos días" en susurro mientras te acurrucas sobre mí con fuerza.
No te alejes.

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