domingo, 29 de agosto de 2010

Fugaces

Y a cada oportunidad servida volverían a aquel vergel, casi regalo de unos dioses en los que no creían. Compartiendo sueños, deseos que posiblemente nunca llegarían a cumplir. Pero suyos, igualmente. Jamás se lo podrán arrebatar, su sueño de vivir.
Un narrador anónimo guarda en su memoria todo aquello que conforma su ser, para que jamás se pierda. Una caricia fugaz, una nota perdida en el viento. Siempre quedarán aquellos besos iluminados por el baile de luciérnagas.

1 comentario:

  1. Fugaz, como nosotros, como "una caricia", pero vital y necesaria, como tu poesía.
    Besos y abrazos !!!

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