lunes, 6 de abril de 2009

Mañana de niebla

Nuestra pesadilla había acabado.

La brisa acaricia todo mi cuerpo, y el olor a mar nos rodea. El sol me obliga a cerrar los ojos, y respiro tranquilo.

Sentado en la arena, con la el rostro hacia el cielo. Ella descansa en mi regazo mientras acaricio su pelo. Como en casa, como en su día también fue.

Parece dormida, excepto cuando con su mano busca la mía. La sostengo con firmeza, con todo mi cariño. Un calor se extiende por mi pecho. Ya no veo el sol, ni el mar ni oigo el susurro del viento ni sus juegos. Mis sentidos se centran en su sonrisa y su calmada respiración.

Está en casa, y la acompañaré siempre, hasta que ella decida marcharse.

Mi querida hermana, no me dejes caer.

1 comentario:

  1. Don't let me down...claro que si,asumo que ella te protegerá del mismo modo,siempre.
    un gran y fuerte abrazo,querido amigo !!!

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