jueves, 9 de abril de 2009

Mármol blanco sobre la tierra

No recordaba una noche tan agitada desde hacia mucho. Prácticamente desde que llegué a la ciudad. Era un caos, y esta noche ha vuelto a serlo. Parece que ahora todo está en calma ya.

Lápida sobre lápida, no se veía nada más. La puerta ya no está, y gracias al cielo he podido decir lo que siempre quise decir. Sombras fugaces que recorren estas calles, intruso en este lugar.

Sin llantos, sin ruegos, sin nombres. El pequeño corre buscando a su madre. ¡Es una ilusión! Eso quiero creer, y se deshace entre mis manos. Cenizas. No puede ser. Su mano no me devuelve el apretón. ¡No puedes estar muerto!

Los niños no se rinden, tienen que ser valientes, ¿verdad? No estaís solos, y nosotros tampoco. Juntos vamos a ayudaros.

El sol se impone en el cementerio. Queda poco tiempo... Y ahora tú, amada, perdóname el no saber como quererte... Y muere, cruel ilusión, que engañas. Esa hoja en la garganta para que no vuelvas a pronunciar un solo nombre en tu maldita existencia.

Jimmy, mi pequeño, ¡estás bien! Volvemos a casa, todos. Al amanecer, con el sueño abrazaremos a aquellos a los que más amamos.

1 comentario:

  1. Vuelta a la calma. Eso es bueno. Las pesadillas, al igual que los sueños, también hallan su fin.

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