domingo, 18 de julio de 2010

Premamá

Las heridas de flecha aún dolían cuando desperté, aún así mi primer pensamiento fue saber de los niños que iban a ser acogidos y mis compañeros Petirrojos. Gracias a... los cielos, todos ellos estaban bien.

- Debería evitar las heridas en su estado - dijo una voz cercana - Especialmente cerca de su vientre.

Fue aquel amable señor que había curado y vendado mis heridas quién me informó de que todos mis compañeros y protegidos se encontraban bien. Me hizo tender sobre la cama, y me dediqué a observar mi entorno. Una habitación alumbrada por una chimenea, en la que mi anfitrión se dedicaba a contemplar las llamas.

Pero, un momento... ¿que estado? ¿Qué quería decir aquell? ¿Qué significaba?

- ... ¿Que estado?

Mi anfitrión, cuyo nombre desconocía, cosa que ahora me parecía bastante irrelevante, me miró perplejo.

- ¿QUE ESTADO?

- Está usted embarazada, ¿no lo sabía?

Negativa con la cabeza.

- Pues entonces... ¡felicidades! Procure descansar y evite...

Yo ya no oía nada más. Volví a tumbarme, ya que a la excitación me había vuelto a incorporar.

Iba a tener un hijo... y yo era incapaz de concebir todo lo que ello conllevaba. Sin duda, un montón de cosas maravillosas. ¡Iba a ser mamá! ¡E iba a tenerlo junto a Noxel! Recordé entonces las lecciones sobre la familia a Lois... si yo era su tía... ¡Isaac iba a ser tío a la vez! Lamenté profundamente (una vez más) su marcha. Habían quedado muchas cosas por contar, por compartir... muchas miradas inquietas hacia Lois y hacia el cielo. O aunque fueran gestos del día a día. Pero faltaban.

Pero yo iba a hacer bien mi trabajo. Cuidaría bien de su bien más preciado, su hija, y ahora, también del mío.

3 comentarios:

  1. Por fin, después de tanta muerte y misera, un rayo de esperanzas para nuestras vidas.
    -Isaac-

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  2. Como dice Templarius parece que la luz aparece, un nuevo ser guerrero viene a esta tierra, todo no está perdido.

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