lunes, 2 de agosto de 2010

Extraños

La tinta se borra de este gastado pergamino, al igual que mi recuerdo en tu memoria. La lluvia, al igual que las lágrimas se lo lleva todo. Pero nada tiene un poder tan destructivo como el tiempo. Por él, me devuelves la mirada como si de un extraño se tratase. La violencia nos tocó muy de cerca, y todos estabamos deseosos de olvidar. Pero, ¿tanto?
Tu cuerpo semiincosciente arrastrado de la casa en llamas, aquella que había sido hogar para muchos. Los gritos en la distancia. Tu nombre entre la multitud, ninguna respuesta.
Busqué hasta la saciedad. Tu rostro en la memoria, tu nombre en los escritos, alguna constancia de tu paradero.

Ahora, frente a ti. No te sorprenden mis leves caricias sobre tu rostro, aunque sigues mirándome sin comprender. Compartimos camino por azar hacia un lugar seguro. Pero allá me siguen los tormentos que me producen el encontrar tu mirada vacía de nuestra vida. Vida que, como ajenos, hemos de empezar de nuevo.

3 comentarios:

  1. El tiempo vuelve aseptico casi todo.
    Y aunque de tristeza reencontrar a quien nos conmovió y comprobarlo, quizás sea mejor que las emociones perdidas decoloren.

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  2. Esa mirada sin vida es dolorosa y no se olvida, cuando se ha perdido todo, más incluso que la vida, la esperanza

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  3. ne causó una sensación de tristeza leer este texto precioso y tan real como la vida misma. quizá por eso, porque a veces me pasa...que el tiempo entra dentro de mí y borra mis recuerdos. Recuerdos que una vez guardé como tesoros...
    Un abrazo.

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