sábado, 21 de febrero de 2009

Casa de muñecas

El aire arde en los pulmones, la carrera hace tiempo que ha comenzado. La noche, junto al miedo, ha caído sobre nosotros. También la furia, ya que no sabemos si la bestia ha salido de su encierro para perseguir a la presa.

Recorriendo el camino: no hay rastro. Corriendo hacia las puertas de hierro, el alivio a nuestros pesares. Está en casa.

Los corazones suspiran relajados, el mío cuando la tengo en mis brazos. Largo camino y grande multitud hasta volver a acariciar su piel.

Nada tenía sentido en la incertidumbre. Si algo le hubiera pasado, no hubiera vuelto a verla sonreír. Mis ojos siempre la buscan cuando sonríe. ¿Qué haría yo sin ella, sin la alegría de sus ojos?

2 comentarios:

  1. Impresionante !!! Me gustó mucho, sobre todo la idea de paz y tranquilidad que trae tener a la persona amada con uno, o amarse.
    Besitos !!!

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  2. ¿Qué harías? Hummmmm, buscarla, provocar la sonrisa, darle buenas razones para la alegría.

    Bonitas Letras Beelzenef!

    Un beso!

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