jueves, 15 de julio de 2010

Decide

El café empieza a enfriarse, a la vez que la tarde. El sol cae y cada vez me es más difícil ver los rostros de aquellos que pasan por mi lado. He gastado los recuerdos recientes en los que nos vimos. Encuentros esporádicos y pequeñas cenas en las que apenas intercambiabamos palabras. También los recuerdos de antaño se resumen en pocas horas. Demasiado pequeñas para recordar todo salvo momentos puntuales: momentos inquietantes o sorpresas inimaginables.
Y fue entonces cuando todo pasó. Abrimos los ojos a la realidad, a nuestra realidad. El espejo se quebró. Nuestra propia casa se convirtió en un lugar extraño, sin que nadie pudiera saber si realmente pertenecía a todo lo vivido.

Quizás algún día podamos sentarnos y hablaremos abiertamente de todo lo sucedido. Pero no es válido huir, tampoco rechazarnos por lo que es condenable según aquellos que creen ver toda la verdad. Abre los ojos, de nuevo. Habla, comparte, aprende, mira. Y entonces, solo entonces, decide

4 comentarios:

  1. Porque si no haces nada, si no demuestras tus palabras, no sirven de nada

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  2. Es muy fácil ver las líneas enemigas, lo difícil es diferenciarlas.

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  3. hay que tomar las decisiones bien tranquilamente,de forma reposada y con cabeza...sobre todo si afectan a tu vida

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  4. Pues cuanto antes se hable mejor. porque lo que sucede a veces el tiempo lo borra y no quedan ni las cenizas....
    Precioso retazo.
    Un abrazo.

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