martes, 16 de junio de 2009

Un cuento

- ¿Dónde están los niños? - se preguntaban.

El pueblo entero corría de un lado hacia otro, buscándolos desesperadamente. Las cuatro familias, de los cuatro niños, miraban al vacío desconsolados.

Nadie los echó en falta en un principio, tan solo habían ido a jugar al pequeño campo de la casa del viejo Tom. Los adultos, en sus quehaceres, dejaron llegar al anochecer, sin preocuparse por ellos.

El viejo Tom los había vigilado en todo momento, más aún cuando ellos empezaron a jugar con aquellas pequeñas luces que revoloteaban a su alrededor. Una de esas lucecitas se poso en su nariz durante unos segundos, y creyó ver a una joven diminuta en esa luz.

Los niños reían, y se acercaron corriendo a aquel hombre que venía del bosque. El extraño también sonrió y tomó a cada uno de ellos en brazos.

El viejo Tom no se extraño de su presencia, ni tampoco de su familiaridad. Se recostó en su vieja silla, observando su ternura para con los niños.

El extraño le miró entonces y habló:

- Viejo guardián, descansa ahora, y deja a los niños volver a su hogar...

Tom cayó en un profundo sueño, del que no volvió a despertar. Los habitantes del pueblo lo encontraron en su eterno sueño, con una extraña sonrisa en su rostro.

Habían vuelto a casa.

3 comentarios:

  1. Es notable no observar que los niños pertenecen a otro ámbito,a otro tiempo incluso;insistimos en forma insensata en tratarlos como "adultos bajitos" y no podemos -o no queremos- aceptar que se mueven en otra realidad.
    Brillante, muy querido amigo...mis abrazos !!!

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  2. Volveremos a casa... Siendo niños o viejos, pero volvermos... Mentijirllas desd emi orilla^^

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  3. Los adultos son niños inflados de edad.
    Serás niño mientras sueñes.

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