lunes, 12 de enero de 2009

Abigaíl

No podía estar sucediendo. Entre en casa, en una aterrador silencio que me abrumaba con cada paso que daba. Abrí la puerta mientras desenfundaba la espada. Atravese el pasillo adentrandome en el salón. Una indescriptible criatura se hallaba en el centro, devorando algo a sus pies que yo no alcanzaba a ver. Alzó su horrible cabeza para mirarme con... ¿indiferencia, con placer? Una mano pendia en su boca. No pensé: actue

Me abalance sobre él, importandome poco que podía sucederme. En vano, ya que con sus enormes garras me lanzó hacia la otra punta de la habitación. Daba igual, yo había tenido tiempo suficiente para reconocer a la víctima: Abigaíl.

Su cadáver yacia en una postura impensable, su vientre abierto en canal. El cordon umbilical que de él pendía me indicaba donde se hallaba la criatura que aun quedaba por nacer. Abigaíl... mi hijo...

Aquella criatura, Danzante de la Espiral. No se como demonios aquella cosa pudo sonreirme, pero lo hizo y desplego sus deformes alas para perderse en el cielo nocturno. Maldigo mi poca habilidad para acabar con el, pero recuerdo a Roxanne... su cuerpo no ha aparecido todavía. Tal vez quede esperanza.

Recorrí las habitaciones de lo que era nuestro hogar buscandola sin cesar... Oí sollozos en uno de los armarios. Gracias a Dios: la encuentré encogida, abrazandose a su vientre en el que espera nuestro hijo. Estaba rota por el llanto y se abalanzó a mis brazos. No paraba por preguntarme por Abigaíl.

- Nos la han quitado... Ya no está

Solo podía gritar. Cuando terminó de desahogarse, la cogí en mis brazos y la llevé a Lady Aifé... Confié en que pueda cuidarla. He vuelto al hogar, para cubrir los cadaveres. Prometido queda a Aifé y al Cielo que pagaran por esto.

Mientras contemplo lo que queda de ellos, mi movil vibra por una llamada... Amadeo, el marido de Rosa. Hace meses que desapareció... ¿que demonios puede querer ahora?

- ¿Athan? - Guardo silencio - Ya veo que has recibido mi mensaje. Solo quería asegurarme. Preparaos todos, esto es solo el principio...

Cuelga. Así que todo esto viene de él... Solo Rosa puede saber donde está. Solo ella puede recibir mi castigo. Será la primera en pagar. Ojo por ojo. Vida por vida.

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