miércoles, 21 de enero de 2009

Hijo de Miguel

Que el Señor me dé fuerzas, pues he de guiar a aquellos, al igual que yo, son herramientas aquí en la Tierra.
Como Miquelita, he de tomar el mando en esta cruzada que nos iniciará en el camino de Dios, combatiendo al Señor de las Moscas.
Dales temple, Señor, para aguantar mis errores.
Yo soy juicio divino en tierra de infieles. Mi nombre es Daniel, y volaré allá donde mi amor por Dios y mi compañia me lleve.
Aquí los encuentro, mirandome expectantes, con las alas tensas esperando alzar el vuelo. Las miradas inquietas al ver en su futuro lo desconocido.
Engels, marchad ahora en pos de la purificación y la esperanza.

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