martes, 12 de mayo de 2009

Para ella

No sabía porque lo hacía, pero algo le dijo que debía mirar allí. El sol, ya cansado, comenzaba una huida lenta y silenciosa para poder dormir; entrecerrando así los ojos de muchas criaturas.

Relentizo el paso hasta casi parecer que se había detenido. Sus ojos mostraban una mezcla de curiosidad y confusión. Su cuerpo reaccionó por si solo, apretando los puños y tensando la espalda. ¿Qué era aquello? Una niña, de cabellos rubios con los que los últimos rayos de sol jugaban a sacarles brillo, inclinada sobre una fuente. El agua saltaba y saludaba a la pequeña, que, como años atrás había visto de igual modo, les hablaba como si de sus amigos se tratase.

Una caricia mutua, limpia de todo mal. Porque para ella eran reales, ellos estaban allí. Con la sonrisa fragmentada y esparcida en el agua. Y ellos no existían para nadie más, solo para ella.

Despues de once años...

2 comentarios:

  1. Hola poeta del otro lado del charco.
    Gracias por el comentario dejado en mi guarida hace un tiempito.Recién entro a tus palabras y con 16 años me hacés acordar mucho a mis ganas de escribir a esa edad y mi silencio durante años subsiguientes. Muy bello todo y nunca dejes de vomitar poesía.

    ResponderEliminar
  2. Uy,me quedé con la intriga sobre que había ocurrido once años atrás;no existe,de algún modo,todo para UNO?
    Increíble y fantástico tu relato,querido amigo.
    Te envío un abrazo gigante.

    ResponderEliminar