domingo, 31 de mayo de 2009

Soplón [IV]

Bullicio. Multitud. Música. Incertidumbre.

Dave no retiraba las vista de su copa, y cuando lo hacía era para mirar al vacío. Dudaba mucho que lo encontraran allí, en un local dónde ni siquiera veías a aquel que tenías al lado. La música no permitía escuchar y apenas había luz. Y nadie se fijaba en él.

"Perdido en mitad de todo... Perfecto." pensó. Subió su copa para beber lo poco que quedaba en ella, cuando sintió un pequeño toque en el hombro.

Se volvió para ver un rostro conocido. Apuró el vaso y le siguió hasta la puerta trasera del ruidoso local.

- Michel Connor - habló Dave, mirando el cielo una vez estuvieron fuera - Cuánto tiempo sin verte por aquí.

El aludido no paraba mirar a su alrededor, con un tic nervioso que no le dejaba descansar sus manos quietas.

Dave rió divertido: - ¡Tranquilo, Mike! Nadie te ve ahora. Vamos, cuéntame el porqué de tu ausencia.

- S... Se empieza a sospechar de... de infiltrados en la comisaría - Por vez primera miró a su interrogador - Algunos hemos estado bajo investigación...

La expresión de Dave se ensombreció, y cruzando los brazos débilmente, buscó a la pequeña Beth.

- Pero me los quite de encima - Se apresuró a aclarar Connor - Pero tienes que saber algo: van a iniciar una redada en el hotel de Derek. Mañana mismo, y...

Dave ya no escuchaba, si no que corría buscando su coche. Tenía que desaparecer.

2 comentarios:

  1. Toma cuerpo una historia de grises y ambientes sórdidos, de humo de cigarro, whisky en una barra olvidada y carmín en las sabanas de un amanecer sin esperanzas. Esperamos nuevas balas, de un mismo cargador, nueve milímetros por supuesto.

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  2. Ahhhhhhhh, ésto me gusta mucho!

    Tiene el estilo del "cine negro" cuarentoso, fatal, intrigante, con personajes pendulares.

    Te sigo Guapísimo!

    Besazo!

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