La risa crece, y se extiende por la habitación. Corremos en busca del cielo, para gritar al cielo un amor que se hace incontenible. Una felicidad imposible de controlar, de expresar de otro modo.
Miradas a nuestro alrededor, sonrientes y alegres.
Nada nos falta, el mundo en nuestras manos, tan solo detener el tiempo. Que no se agote jamás este momento.
Vence incluso al miedo, rodeados de aquellos que protegen y cuidan los momentos, que nunca fallan, que permanecen siempre.
El anochecer llega, pero no oculta su sonrisa, ni tampoco la mía. Larga despedida, y el romance por la noche no tardará en llegar.
domingo, 2 de agosto de 2009
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Qué bellas y confortables son las certezas que tiene este "Sin saber por qué", aunque el título mismo desafíe el entendimiento.
ResponderEliminarPero, qué importa entender! finalmente hay dos sonrisas y un romance, la razón sobra en estos casos.
Beso y Abrazo Enormes y Muchas Gracias por tus letras en mi blog!