domingo, 15 de noviembre de 2009

Amanecer azul

El amanecer que no termina de llegar tiñe de azul la habitación, las sabanas y las curvas de tu cuerpo. Me despierto entre ellas, escuchando como tu respiración cambia justo cuando despiertas, a la vez que yo.

El sueño nos había vencido limpiamente, y caímos rendidas. No he dejado de buscarte en sueños. Y vuelvo a hundirme en tu hombro después de contemplar tu sonrisa, después de saborear tus labios.

Tu piel tibia parece terciopelo bajo mis dedos.
Tu cuerpo sobre el mío.
Mis labios en los tuyos.

2 comentarios:

  1. Despierto y me encuentro abrazada al más hermoso de los ángeles. No quiero que termine el anochecer, pero deseo verte amanecer. Dulces contradicciones.

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  2. ¿Y quien quiere que llegue el amanecer en estas circunstancias? Que se detenga, junto con el tiempo!

    Debiéramos -en ocasiones semejantes- tener el poder de perpetuar esos instantes. Lo haremos por decreto, mi Beelzenef!!!

    Besos (muchos) abrazos (también muchos) y todos con mi cariño!

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