miércoles, 11 de noviembre de 2009

La ira del gigante resquebraja la tierra

Los niños jugaban cerca de las ruinas asoladas. No quedaban muy lejos del poblado, al fin y al cabo, y la paz todavía no habia sido borrada del pequeño poblado. Una pequeña comunidad encerrada en aquel paraíso aún intacto.

Los mayores observaban a la gigantesca figura de piedra como algo venerable, como el vestigio de que los dioses tocaron aquella hermosa tierra en alguno de sus caprichos. Y aquella energía que atraía a los niños a jugar a sus pies era la prueba evidente.

También se contaba que era el cadáver petrificado de algún lacayo de los dioses, que había permanecido en la tierra para guardarlos de todo peligro. Como los reconfortaba el sentirse bajo su amparo.

Y como se escuchaban sus gritos de terror con aquella tormenta. Los rayos azotaban la tierra y partían el cielo. Y uno de ellos cayo sobre aquel cuerpo de roca, que entre espasmos volvió a la vida. Tomando su espada de roca, dejando atrás los siglos que había permanecido inmóvil. Mirando con aquellos ojos de luz ámbar a los pequeños seres que corrían a sus pies, aquel error de los dioses.

Huyendo bajo la sombra del coloso.

3 comentarios:

  1. Gigante de Piedra con lanza en ristre, bella, poderosa imagen que promete justicia.

    Preciosas letras, mi Queridazo Amigo!

    Van, mi beso y abrazo con todo cariño!

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  2. Tantas historias por contar, un pasado que lleva a muchos caminos. Pero...¿cuál de esas historias es verdadera?

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  3. Me maravilla observar cómo en pocas líneas puedes montar una escenografía y contar una historia con vestigios de tragedia griega

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