domingo, 8 de noviembre de 2009

Lo veía venir

Siento el miedo llegar, como las luces cegadoras que llegaban desde la carretera. Llegaba tarde unos 15 minutos, y mi impaciencia crecía.

El viento me azotaba. La noche había caído hacía dos horas, pero todavía no estaba en casa. ¿Por qué? Porque aún quedaban cosas por hacer.

Sentí unas lágrimas que aullaban por surgir, pero algo en mi interior no quería cederles el paso. Aulla el viento, como una bestia en la lejanía. Enorme, ancestral y terrible. Que busca con lento paso a su presa. A la que sientes llegar, a la que puedes ver en la lejanía, y esconderte de ella. Aunque nunca del todo. Está a la vez lejos y cerca.

Por fin llega el autobús. No me siento tranquila ni siquiera al sentir el traqueteo de la carretera, que me indica la vuelta a casa. Un temor irracional.



No me sueltes

1 comentario:

  1. Nunca te soltare, quiero abrazarte y protegerte de tus miedos, ahuyentarlos.

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