La maquinaria falló, el sueño se escapó. Aquella extraña criatura lo provocó.
Se coló en Arcadia, sigilosa y sonriente, alentada con voces de allegados... El dolor la oscureció, recuerdos del pasado que la atormentaban hasta que decidió llegar hasta nosotros desde un lugar muy perdido que solo ella conoce.
A veces me intriga la duda de si el titiritero desconocido que dirige la Arcadia la dejó pasar. Dejó pasar a un ángel... un ángel sin alas, que hoy alguien me lo devolvió alado.
Su vuelo ilumina el camino a seguir... el suyo y el nuestro. Ambos, unidos en un beso que alegra el corazón.
A Rahel, que grande hazaña cumplió al ver su sueño hecho realidad.
miércoles, 28 de enero de 2009
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Una imagen espejística de tí, querida Lilitz. Ahora reflexiona y siéntete orgullosa de tu evolución como persona.
ResponderEliminarRecuerda que cada uno somos los protagonistas de nuestra historia.
Muy buen minirelato, Leo, como siempre. ;)
De quien habla?^^ Mola
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