viernes, 28 de agosto de 2009

Jardín nevado de recuerdos [VIII]

Miraba al cielo que podía decir que era blanco. Mirando sin mirar, perdida y más allá del cristal frío de sus ojos. Quería volar, huir de la pesadilla que no quería acabar.

El pequeño jardín de la casa ahora parecía inmenso, donde cada paso era un mundo. Claro que para Diane cada gesto era una punzada de dolor intenso. Se obligó a caminar, había pasado demasiado tiempo en el mismo lugar y pronto su madre comenzaría a preguntar y a preocuparse.

Diane solo quería que la olvidara el mundo.

Pasos ausentes que no querían llegar a ninguna parte. Tan solo se detuvo cuando la alzaron en un abrazo. Lo correspondío incoscientemente, cuando percibió el aroma del tío Ben, y el suave tacto de sus manos, tan parecido al de su padre.

- ¿Como está el violín? ¿Y la pequeña ladrona de sus notas?

Al escuchar esas palabras, a Diane se le escapó una sonrisa.

5 comentarios:

  1. Relatos que suenan a porciones de una encantadora novela. ¿Para cuándo?
    Un abrazo!

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  2. Esta bien! Ya era hora de que escribieras algo más alegre.

    Como siempre, la música hace aflorar sonrisas.

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  3. Esto... realmente Diane acaba de perder a su padre... Pero en fin, sí, algo de alegre tiene

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  4. La madre que te parió xD. Pero qué querías que leyera nuevo?

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