domingo, 11 de octubre de 2009

La fuerza del agua

La tormenta azotaba sin descanso, manejando las aguas a su voluntad, en una furia sin sentido. Las olas chocaban contra el casco del navío, haciendolo saltar con ellas, como si quisiera volar y escapar de la tempestad que anunciaba su destrucción.

Todos se aferraban como podían a los cabos que sostenían el velamen, aunque no tardaría mucho en ceder. La lluvia caía sobre sus rostros abatidos y desesperados, desesperados por vivir. Las manos gastadas, fijas en el agarre, para no perderse en el fondo de los mares.

Aquellos que levantaban la vista hacia el cielo, veían sus ojos iluminados por la fuerza del relámpago, que partía el fuego como las espadas de un vengativo dios. Los gritos los arrastraba el viento, como si quisiera también arrancar las vidas que se escapaban en cada grito de auxilio.

Una ola inmensa se abalanzó para tragarse todo lo que significara vida, y en aquel momento despertó. Mareado y confuso, tardo en acostumbrarse al leve balanceo del barco y en su rostro se pintaba el desquiciante delirio de la fiebre.

1 comentario:

  1. Genial, la tormenta, la desesperación, la confusión final ¿ sueño o realidad?

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