sábado, 24 de octubre de 2009

Reécrivez

Las palabras en aquel idioma que no me proponía ni a entender hacían que el tiempo pasara lento, demasiado lento. La historia del mundo se mezclaba con una música terrible, mientras el lápiz de mi compañero de mesa giraba en mis manos.

No tardo en arrebatarmelo de las manos, para comenzar a escribir sus resúmenes. No había otro modo de aprenderse aquello.

- Malditas revoluciones... - se quejaba a media voz.

Yo me reía mientras escribía algo parecido a esto mismo... Pero no tardé en desviar mi atención a como mi compañero empezaba a garabatear en la mesa, en un intento de memorizar las matanzas de la revolución francesa.

Yo seguía su trazo en un gesto totalmente pasivo, con una sonrisa idiota en la cara y los ojos adormilados. Cuando acabo por fin, me miró expectante y sonriente.

- ¿A que mola?

Mi carcajada resonó en toda la clase, ganándome una reprimenda de mi profesora de francés. Odio ese idioma, pero me encantan las clases.

1 comentario:

  1. Me recuerda a mi, cuando tengo que estudiar... las revoluciones fueron el tema de sociales que tuve que estudiar, mi mente se despista facilmente de esa tarea. Además francés me pesa...
    Un gran relato, como siempre

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