viernes, 18 de septiembre de 2009

Deber [IX]

Los golpecitos sonaron de un modo curioso en el marco de la puerta, a la vez que sacaban de sus pensamientos a la ahora viuda de Harvey. Su cuñado entró lentamente, con su hijo Jim en brazos. No tardó en soltarlo para que corriera hacia su cuarto.

- Buenos días, Martha- se inclinó para depositar un suave beso en su mejilla y después sentarte en la pequeña mesa de la cocina. - ¿Cómo estás?

Ella no dejaba de revolver un pañuelo de tela en sus manos, sin dejar de mirarlo con sus ojos enrojecidos y ojerizos. Ben imaginó que la noche anterior las lágrimas no habrían dejado de bañar su rostro, ni siquiera en los pequeños momentos en los que tal vez consiguiera dormir.
Sonrío dificultosamente, mientras se esforzaba por no romper a llorar de nuevo.

- Cumplía su deber cuando... - Martha se detuvo, mientras recordaba - ... ¿verdad?

Ben tomó sus delicadas manos en las suyas, aprentándolas afectuosamente. Esperó a que se encontraran sus miradas. Asintió entonces. Ella se derrumbó, y Benjamin solo pudo abrazarla.

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