lunes, 14 de septiembre de 2009

Dulce despertar

Abriendo los ojos a la luz, que no llega desde mi ventana, no. Es la estrella que duerme conmigo.

Aún dormida, mis manos buscan un hueco para acariciar su hombro y su vientre. Respira tranquila, con media sonrisa en sus labios. Cierro los ojos para hundirme en su aroma, pegando mi rostro en su nuca. Su pelo cae suavemente sobre la almohada, mientras cierro los ojos.

Creo volver a caer cuando enlaza sus dedos con los míos, en tierna caricia. Mirando hacia atrás, con los ojos adormilados.

Un beso suave. Sus labios que responde lentamente a mi caricia. Dulce despertar, dulce amanecer.

Buenos días.

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