domingo, 26 de julio de 2009

En vuelo de dragón

No hubo sangre. No hubo resistencia: no le dejé. Cada golpe que caía sobre su cuerpo inmovilizado, revitalizaba el siguiente. Ojo por ojo, diente por diente. Incluso más allá. Londres se vuelve gris.

Un frío crece en mi interior. Al sentir el crujido de tu cuello, comenzó a expandirse. Violet no quiso ni acercarse... No sé como hacer para llegar a Caroline... Perdóname, ahora me he puesto en su lugar. ¿Cómo serán ahora mis caricias?

Los pasos que de para aproximarme a ti ahora serán vacilantes, aunque desee correr para abrazarte.


Todos hemos visto arder el castillo de nuestros sueños, desde nuestro paseo por los cuentos. La princesa encontró a su adorado príncipe; la intrépida arquera dormida en una estrella, junto con su mago. El erudito encontró su telescopio, y paseo entre las dos lunas. El jinete se refugió de nuevo en la sombra de su sauce, entre las caricias de sus hojas.

Pero nada pudo salvarlos. Ella ardió, convirtiendose en cenizas en mis manos. Bendición que teníamos al no recordar al pasado, que ha vuelto a nosotros con macabra realidad.

3 comentarios:

  1. "Todos hemos visto arder el castillo de nuestros sueños, desde nuestro paseo por los cuentos."

    Esta frase es tan cierta que me quedé u buen rato dándole vueltas y no hay más vuelta que una: la innegable realidad de su sentencia.

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  2. Todos los cuentos tienen un final, aseguraos de escribir uno adecuado. El valor, la lógica, la pasión y las ganas de soñar son una buena forma de comenzar a narrar.

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  3. Dios... Por metáfora que reescribo nuestro cuento... Por mi Mago que lo conquistoooo!!,a ti te planto un sauce, a estefy le devuelvo el trono y a Carlos lo mando a la Lunaaaaaa, pero esto no se acaba así!!!!!!

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