viernes, 10 de julio de 2009

Menudo festín

Las hojas se quebraban bajo sus pasos, haciendo un eco interminable en el bosque muerto. La respiración acababa con el silencio, se hacía más intensa. Las piernas fallaban en esa alocada y desesperada carrera. No lo veía venir, pero tampoco quería mirar atrás.



Al fin llegó. Algunos árboles eran cruelmente maltratados en la atroz persecución del monstruo. Las ramas temblaban, como si se agitaran estremecidas, contagiadas por el terror del que sería víctima. Los afilados colmillos relucían en la negrura del pelaje de la criatura. Parecían querer mostrar una grotesca sonrisa, igual que si quisiera imaginar el sabor de la carne entre sus dientes, saborear la sangre derramada.
Aumentó la velocidad de sus zancadas, cansado de esa estúpida persecución. Siempre podía escapar, y no iba a permitírselo.



Las garras se clavaron en sus piernas, haciéndolo caer. Sintió a la criatura cerniéndose sobre él, derramando su cálido aliento en su espalda. La sangre manaba de las profundas heridas. Una vez inmovilizado, la criatura soltó su presa. Tan solo pudo volverse para contemplar cómo le llegaba la muerte. El ser lo rondaba, como divertido.

Sin pensar siquiera, intentó arrastrarse, tal vez en un intento de llamar al descanso final. Alzó el brazo, y la criatura se abalanzó sobre él. Gritó de dolor y comenzó a golpear la cabeza del ser, enfureciéndolo. Se deshizo del brazo, valorando su cuello como pieza más apetecible.



Los gritos se extinguieron poco a poco, acabando en un gorgoteo, en el que intentaba recuperar la vida que se le escapaba en sangre.

1 comentario:

  1. Que final terrible !!! un verdadero tour de force,muy querido amigo.
    Perdón por estar un poco "desaparecido", circunstancias familiares demandan mi presencia,prometo volver pronto.
    Un abrazo inmenso

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