jueves, 3 de septiembre de 2009

Paraíso gris

La luz caía sobre sus ojos, inconstante y molesta. Con un balanceo de cabeza involuntario, intentaba ver a los que pasaban a su alrededor, incapaz de identificar rostro, voz, ni siquiera la posición de sus propias piernas.

Solo sentía el tacto de sus dedos, que se mecían en carica suave, en algo que yacía en sus manos pero que le era imposible recordar qué.

Comenzó a percibir frío en su espalda, y una fuente de aire insano llegó hasta su rostro, haciendolo toser de un modo cansado, convulsionando su cuerpo casi inerte.

A su mente exhausta llegó el sonido de aquella canción, aumentando su volumen por segundos. Quiso dibujar una sonrisa en su rostro, a la par que sus dedos se movían sin que el se percatara sobre las tensas cuerdas de las que arrancaba su música.

No contaba el tiempo. Oía de tanto en tanto el tintinear de algunas monedas en la gastada funda de la guitarra, las constantes pasadas del metro en los angostos túneles, y miles de sombras que son rostros que jamás volvería a ver.

3 comentarios:

  1. No me parece oscuro sino claro como una gota de lluvia.
    Besos

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  2. Es algo que pocas personas pueden ver... Sin embargo, siempre hay alguien mirando...

    Mentirijillas desde mi reino, y sin palabras;)

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