domingo, 19 de julio de 2009

Consagración

La sala estaba oscura, pero el ambiente estaba cargado. Todos los jóvenes que se alzarían hoy al cielo en un vuelo de esperanza esperaban tensos a escuchar las palabras de aquel que casi podía rozar al Todopoderoso. De cuando en cuando se escuchaba el agitar de algún ala, como evidencia del nerviosismo, casi palpable.

Algunos permanecían con los ojos cerrados, en silenciosa plegaria. Otros, se asían de las manos, intentando transmitirse tranquilidad. Solo unos pocos lo conseguían. Escuchaban al gentío en el exterior, que les hacía suspirar por salir, o quizás de pavor.

Los novicios abrieron las puertas a la luz, y los Engel caminaron al exterior, donde recibieran la ovación de los feligreses, con una mirada llena de esperanza. Parecían no saber a quién mirar, o a quién aclamar.

Roma AEterna clamaba aquel día, Roma AEterna lanzaba a los hijos predilectos de Dios a salvarlos a todos de la Oscuridad.

Aquellos seres alados alzaron su mirada hacia el Pontifex Maximus, aquel infante sobre el que caía la fé del mundo, y que ahora les daba su bendición, y les deseaba fuerza y buenos vientos para sus alas.

- Fortaleza interior contra el Tentado. Amor para con los fieles, compasión para los incrédulos. Paciencia para con los débiles, negación al pecado. Pureza de corazón, larga vida para aquellos que temen al Señor. ¡Engels, alzad el vuelo y proclamad Su grandeza!

Los mentados obedecieron sin vacilar.

Ubel desplegó sus alas con placer, al sentir el viento en sus alas.
Eldael demostró su fuerza al vuelo, alzando la espada junto con su Orden.
Aaroniel contempló con sonrisa cada rostro que le observaba, deleitándose en cada variante de sus expresiones. Rió con gozo sintiéndose libre.
Edoniel miraba fijamente al azul del cielo, casi deseando palpar el vacío.
Daniel se alzó por encima del resto, dedicando una orgullosa mirada a lo que sería su compañia.

Todos los ángeles cubrían el cielo. Y todos los miraban emocionados: ellos eran el regalo de los Cielos. Tanta belleza no parecía ser real.

2 comentarios:

  1. UN tema realmente profético...No me aventuro a decir más...

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  2. "...compasión para los incrédulos.Paciencia para los débiles,negación al pecado."
    Será mucho pedir "que sea en la Tierra como en el Cielo"? Qué bueno desplegar las alas y volar, ser admirado... Y a lo mejor no, tanta belleza, tal vez no sea real.
    Pero, qué linda imagen, yo también quiero volar.
    Besitos y abrazos !!!

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