sábado, 4 de julio de 2009

Una llamada desconcertante

Volvía a apuntar a aquel malnacido. Ese maldito gato estaba ahora tumbado en el suelo, muerto. Y pronto también lo estaría él. La secuencia de película seguía en marcha, alternando entre luz y oscuridad en la habitación, pero yo no podía perderle de vista. La sonrisa no se borraba de su cara, esa sonrisa que me pone los pelos de punta.

"¿Qué es lo que sabes, monstruo? ¿Qué quieres de mi?"

Ojalá Diego siga al teléfono, ojala lo esté viendo Soler, no puede perderse esto.
Esa bandera de perdición está detrás de él. Lo creía cruel, pero esto… no es humano.

- ¿Y bien, Gabriel? – pregunta Márquez

Ignoro de dónde saco valor para hacer esto, menos aún con esa mirada en mí. Un brillo de… ¿demencia?

Abro la boca para responder, pero las palabras se congelan en mi garganta... El gato, se está poniendo en pie… ¡Estaba muerto!

Vuelvo a mirar a Márquez, su sonrisa se ensancha. Las palabras no caben, todo esto roza la irrealidad, a punto de perder la razón.

La pesadilla acaba de comenzar, en esta espiral de locura.

6 comentarios:

  1. Escalofriante. Escribes relatos de terror? No se te da mal. Saludos!

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  2. Me sobreestimas, Josef ^^ Agradezco tus palabras, que siempre dan ánimo al escribir

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  3. *escalofrío*
    Márquez.

    Pobre Mefistófeles.

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  4. Marquez = Mal rollo

    Y tú lo incrementas con esas descripciones, mamona!

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  5. Pobre Mefisófeles?????, jodido aborto de Garfield con patas, eso sí que da mal rollo. Todavía le tiembla todo al pobre Gabriel

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